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jueves, 17 de mayo de 2018

FOTOTRAMPEO DE ÁGUILA PESCADORA, CULEBRERA Y ALGUNAS AVES MIGRATORIAS


Eso de ser un espía de la Naturaleza me está encantando, porque me permite conocer protagonistas esquivos y sus historias más íntimas. En este caso, nunca me imaginaba que una simple rama continuaría dando sorpresas después de muchos meses en el mismo sitio. Empiezo por la más gorda, porque... ¿quién se iba a imaginar que en plena alcarria iba a intentar pasar la noche un águila pescadora (Pandion haliaetus)? Y más aún, que no iba a tener un sueño tranquilo, porque la iba a ser expulsada por un búho real (Bubo bubo). Pero también sorprenden las ausencias, como que en estas semanas no haya salido ni un sólo azor, la rapaz que ha protagonizado todo el verano, otoño e invierno. Bueno no adelanto más, el resto lo voy comentando sobre las fotos.


Al caer la tarde la pescadora llega al árbol dispuesta a descansar, seguramente en camino hacia 
su lugar de cría, probablemente en el Mar Báltico o Escocia
Debía venir cansada porque estuvo varias horas haciendo estiramientos con las alas
Finalmente cayó rendida y durmió con la cabeza entre las alas
 A las 3 menos cuarto se espabiló, probablemente alguien estaba cantando, señalando sus dominios
No he puesto todas la secuencia pero tres minutos antes de la llegada 
del búho real la pescadora se fue, no quería pelea con el dueño de la noche
En esta imagen de otro día se ve cómo el búho hace la ronda por sus dominios
Otra novedad ha sido esta impresionante águila culebrera (Circaetus gallicus), 
lástima que la iluminación no fuese la mejor
A los tres minutos, un arrendajo (Garrulus glandarius) apareció a molestar...
...pero se cansó, y la culebrera pudo acicalarse el plumaje tranquilamente
Otra rapaz que se ha vuelto frecuente es el ratonero (Buteo buteo), aunque tampoco ayudó la luz
Aquí se puede ver el diseño de su cola, en otro día que apareció
Alguna rapaz más salió, aunque en vuelo, como este aguilucho lagunero (Circus aeroginosus), también hubo algún milano negro. Parece mentira que estas cámaras también capten aves en vuelo a gran distancia
A mediados de abril ha sido cuando ha aparecido el primer abejaruco (Merops apiaster), 
éste ya tenía un gran insecto en el pico
A éste otro le pilló en vuelo
Otra ave migratoria que hasta ahora no había salido en la foto es la abubilla (Upupa epops)
Y otra más migratoria: el cuco (Cuculus canorus), también en vuelo
La última de las migratorias de esta tanda, es una bonita tórtola europea (Streptopelia turtur)
El arrendajo (Garrulus glandarius) es un habitante de la zona durante todo el año
Pero de todos los residentes de a zona, los que más utilizan la rama son los gorriones chillones (Petronia petronia) incluso para sus peleas

martes, 29 de marzo de 2016

GATO MONTÉS, ÁGUILA PESCADORA, AMPLEXO DE SAPOS, Y MÁS...

Hay que ir al campo siempre que se pueda, siempre que haya tiempo, porque por mucho que uno crea conocer un territorio, los seres vivos, son libres y siempre están dispuestos a recompensarnos con nuevos y curiosos avistamientos. Da igual lo que digan las guías y los expertos, su libertad los saca de la norma. Esta Semana Santa la hemos pasado en Santorcaz y casi todos los días he salido al campo, unas veces con mis chicas y una vez con unos nuevos, pero ya grandes amigos del grupo TAGONIUS, al que pertenezco desde hace poco. Da igual ir de parloteo con Lucía y empujando un carrito de bebé o ir con dos expertos naturalistas, en ambos casos me llevé gratas sorpresas que sin más preámbulos empiezo a relatar.

El sábado, el proyecto HOSPEDA del grupo TAGONIUS aterrizó en Santorcaz con la colocación de dos cajas nido para cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), o cualquier otra ave que se anime a utilizarlas (búho chico, autillo, mochuelo, etc.).  Pasamos un rato agradable de bricolaje y trabajo en altura, mientras nos sobrevolaban milanos, cernícalos, ratoneros y aguiluchos laguneros. Después de despedirnos, cuando estaba a punto de entrar en casa, me llamaron al móvil: que me esperase, que venían a buscarme para intentar fotografiar a un gato montés (Felis silvestris) que vieron desde el coche. No tenía yo esperanzas en verlo después de 2 minutos, pero ahí estaba un fabuloso macho a la caza de roedores a plena luz del día y no muy lejos de la carretera. Era la primera vez que fotografiaba uno, y encima en mi pueblo.

Gato montés de caza en el rastrojo
Mirando fijamente a la cámara
Sentado casi pasa desapercibido entre la hierba seca
Antes de desaparecer en la vegetación nos enseñó su gruesa cola rematada de negro
y la "suela" de sus patas, también de negro
Como dije, ese día hicimos más cosas y vimos varias rapaces, y para dejar constancia, ahí van algunas fotos. Esperemos que pronto sean ocupadas estas cajas y podamos hacer un seguimiento de sus moradores.

Caja recién instalada lista para ser ocupada 
Un cernícalo ya se animó a inspeccionar su posible nuevo alojamiento
Milano negro (Milvus migrans)
Milano real (Milvus milvus) comiendo algo en el aire
Incluso con la cola desplegada se aprecia su fuerte escotadura,
mayor que la del milano negro
Otra sorpresa, de la semana, fue el jueves, que nos animamos a pasear con la pequeña. La tarde era un poco sosa pero ya al atardecer apareció una rapaz con un vuelo raro para lo que acostumbro a ver por Santorcaz. Finalmente se posó en lo alto de un tendido de alta tensión y mis ojos no daban crédito: un águila pescadora (Pandion haliaetus). Obviamente se trataba de un ejemplar en paso, probablemente de vuelta desde África hacia el Norte de Europa. Como nuestro camino seguía al tendido fuimos levantando al animal, que se iba desplazando de un apoyo al siguiente, hasta que regresamos a casa.

Águila pescadora con su vientre completamente blanco y partes superiores oscuras
En el siguiente poste, con algomás de luz y de perfil se aprecia su antifaz negro
El domingo, en otro de nuestros paseos en familia me entretuve fotografiando el amplexo de hasta tres parejas de sapo común (Bufo bufo), una de las cuales ya había empezado a poner sus hileras de huevos. Esperemos que la primavera sea algo húmeda y permita a los renacuajos completar su ciclo vital.

Los sapos machos son más pequeños, pero ambos sexos comparten
 un curioso color naranja en los ojos
Los huevos de sapo son cordones enredados entre la vegetación
Y aunque eso fue lo más significativo de la semana, como digo, algún paseo dimos más y algún rato he pasado en el jardín cámara en mano, lo que siempre hace que algún pajarillo se ponga a tiro, y que no por ser más comunes, no tengan los mismos méritos para aparecer en este blog.

Carbonero garrapinos (Parus ater) en la acacia del jardín de al lado de casa
Inclinado, otro individuo muestra su característico diseño facial
En las paredes de mi jardín buscando ¿nido o insectos?
En la misma acacia un jilguero (Carduelis carduelis)
De nuevo en la misma acacia un mosquitero común (Phylloscopus collybita)
Detalle del mosquitero
Pareja de pardillos (Carduelis cannabina) el macho con el pecho ya con el plumaje de celo
Otro pardillo macho, esta vez de espaldas y con la luz del atardecer
Estornino negro (Sturnus unicolor) en una antena 
Lavandera blanca (Motacilla alba)
Atardecer desde el camino de Pioz

martes, 24 de marzo de 2015

AVES POR LA MANCHA

En varios lugares de La Mancha, de cuyos nombres me acuerdo perfectamente, no hace ni dos días que hemos pasado el puente San José. Luchando contra el viento y el agua hemos podido disfrutar de unos días de reposo, y cómo siempre hemos disfrutado de cultura, patrimonio, gastronomía, y cómo no, ornitología. Este es el resumen pajaril de los cuatro días.

Tras ver molinos y castillos en Consuegra, empezamos al cobijo de un observatorio de las lagunas de Alcázar de San Juan, un lugar no muy conocido pero megadiverso en aves.

Laguna del Camino de Villafranca 
Aguilucho lagunero macho (Circus aeroginosus) con su típico vuelo
de prospección  a baja altura con las patas colgantes
Un flamenco (Phoenicopterus roseus) a punto de tomar agua
Con colores más apagados un joven flamenco nos miró con el rabillo del ojo
Había varias malvasías (Oxyura leucocephala), los machos con su llamativo pico
Entre muchos otros, ánades frisos (Anas strepera) nadaban junto a zampullines cuellinegros (Podiceps nigricollis)
Tras seguir viendo molinos en Campo de Criptana y visitar la casa de Dulcinea en El Toboso, nos alojamos en Belmonte, donde a la mañana siguiente visitamos su precioso castillo, que nos cobijó de otro chaparrón, aunque al salir de él nos ofreció algo de sol.


Una curiosa grajilla (Corvus monedula) nos observó 
Junto a su pareja, descansaron en una gárgola
De Belmonte, pasando por Las Pedroñeras, fuimos a las Lagunas de Ruidera, curioso paisaje de aguas que crean sus propias presas de travertino, para desaguar unas en otras en hermosas cascadas.

Salto de agua entre dos de las Lagunas de Ruidera
Una pareja de ánades reales (Anas platyrynchos) se movían entre los toboganes de agua
Pudimos ver un gran grupo de patos colorados (Netta rufina)
Muy abundantes por todas las carreteras de la zona, esta perdiz (Alectoris rufa) bebía agua en la cuneta de la carretera, después comprobamos que estaba coja, aunque aún volaba
Aún nos dio tiempo para otro castillo, el de Peñarroya, y para disfrutar de la monumental Villanueva de Los Infantes, desde donde fuimos a dormir a Tomelloso, punto neurálgico del vino manchego, y donde hicimos acopio de quesos y vino. Al día siguiente fuimos hacia la zona de Calatrava y en el magnífico castillo de Calatrava La Nueva disfrutamos de vistas a un soberbio paisaje mediterráneo circundante. 

Castillo y Sacro Convento de Calatrava La nUeva
A pesar de las muchas piedras, vimos aves forestales como este carbonero común (Parus major)
También entre los agujeros del castillo vimos a varios herrerrillos comunes (Cyanistes caeruleus)
Después de comer y pasear un rato, nos dirigimos a Almagro, donde entre sus monumentales edificios también prosperan aves dignas de fotografiar. Con duelos y quebrantos, pisto, alfonsinos y pan de Calatrava dimos por finalizado el día.

Pareja de cernícalos primilla (Falco naumanni) el macho más colorido, durmiendo
El último día, pensando que en cualquier momento nos caería un diluvio, nos fuimos a las Tablas de Daimiel, que rebosantes de agua, mostraban el potencial que puede dar este maltratado Parque Nacional. Desde las pasarelas me alegré por oír varios avetoros, pero me llevé la decepción de no poder ver ni uno, como en mis últimos 35 años...

Tablas de Daimiel
Un grupo de flamencos sobrevuela las tablas
Las más abundantes fueron las fochas comunes (Fulica atra)
Una garceta común (Egretta garzetta), buscaba alimento junto a los caminos 
Aunque lejos, pudimos ver también varios somormujos lavancos (Podiceps cristatus)
El último pajarillo que fotografiamos en las tablas fue un bonito jilguero (Carduelis carduelis)
Y pensando que con un jilguero acabaría nuestro viaje ornitológico por La Mancha, a las riendas de mi Rocinante divisé una rapaz de color pardo en un poste sobre un viñedo, y señalando indiqué lo obvio: un ratonero. Al llegar más próximo a él, algo me hizo dudar y un antifaz me hizo gritar: ¡águila pescadora!, a lo que mi fiel escudera, como una Sancho Panza, aún sin panza, me dijo que si no sería que tenía visiones, pues estábamos en La Mancha y que los muchos libros de bichos me habían llenado de pájaros la cabeza. Paré al borde de un camino, dimos la vuelta y en el escondite del coche, pude fotografiar a una magnífica águila pescadora (Pandion haliaetus), que demostró que aún puedo seguir leyendo libros, pues aún me caben más pájaros en la cabeza.

Águila pescadora, con su inconfudible antifaz pardo 
Vale.