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domingo, 6 de mayo de 2018

PRIMAVERA EN APOGEO

No acabó de afianzarse el calor en el largo puente pasado, aunque los síntomas de que llegará los pudimos ver. No pudimos salir mucho por el frío o la lluvia, pero entre algún paseíto que nos hemos podido dar todos y otro que me di yo sólo el miércoles, algo puedo contar.

En el camino de Guadalajara, en la piscina una parejita de pardillos (Carduelis cannabina) se hacía carantoñas, el macho ya con sus mejores galas. También pudimos ver al primer aguilucho cenizo (Circus pygargus) de la temporada y un macho de aguilucho lagunero (Circus aeroginosus).

El macho da semillas a la hembra, será un buen padre...
... así que a buscar más semillas.
Aguilucho lagunero
Aguilucho cenizo, las alas más delgadas y la cola más estrecha
que el otro aguilucho
Los campos están crecidos pero el frío era de febrero
Otro día fuimos por el camino de Pezuela, donde lo que nos entretuvo fue un cernícalo vulgar macho (Falco tinnunculus) que se levantaba de un poste a otro según hacíamos nuestro camino. Desde casa, otra de las señales del calor: un águila calzada (Aquila pennata) de fase oscura.

Atento a cualquier ratón, prefería vigilar posado porque con
tanto viento era mejor no luchar contra él
Nervioso, nos miraba por encima del hombro para tenernos controlados
El color oscuro no es el más frecuente por la zona, tal vez estuviese de paso
Las orquídeas (Ophrys sphegoes) ya dan su color a pesar del frío

Como dije, el miércoles estuve unas horas yo sólo por el campo y el madrugón ayudó a ver cosas interesantes. Lástima que amaneció nublado y la luz no era la mejor para la fotografía.


A la salida del pueblo siempre acompañan los cantos de los jilgueros (Carduelis carduelis)
En seguida, ya en el monte, me encontré con un corzo (Capreolus capreolus)
A los quejigares ya habían llegado los mosquiteros papialbos (Phylloscopus bonelli)
En el pinar un azor (Accipiter gentilis) me echó el ojo y me aguantó un ratito, algo raro
A la salida del pinar un pinzó (Fringilla coelebs) marcaba su territorio
Al final salió el sol, y un conejillo (Oryctolagus cunniculus) lo disfrutó mientras no me
quitaba ni ojo ni oreja
Levanté un aguilucho lagunero macho que se posó a cierta distancia a vigilarme, 
parece igual al que vimos días antes en vuelo
En la carretera, una pequeña culebra acuática viperina (Natrix maura) había sido atropellada
En un cable de teléfono, se lucía una tarabilla común (Saxicola torquata)
ya en casa siempre me gusta tener la cámara a mano porque si uno mira al cielo o a los árboles, puede encontrar de todo. Esa vez, fue la primera águila culebrera (Circaetus gallicus) del año.

Águila culebrera en vuelo de desplazamiento

miércoles, 12 de agosto de 2015

ZORROS, CORZOS Y DESPEDIDA

La pasada, ha sido esta una semana atípica, pues aunque hemos trabajado, la hemos pasado en Santorcaz. Por tanto entre semana hemos salido a dar algún paseo al atardecer, y aunque el ambiente ha sido tórrido, siempre algo curioso se puede ver.
El domingo, Lucía y yo, salimos a pasear hacia Pioz y la sorpresa me la llevé pronto, pues pude ver dos gangas ortegas (Pterocles orientalis) en vuelo alto. Nunca antes las había visto en Santorcaz. Habrá que estar atentos a ver si estaban “de paso” o son más residentes de lo que pensaba. En cualquier caso con la cámara no hubo mucho que hacer. Sólo perdices (Alectoris rufa), un ratonero (Buteo buteo) y al final, una familia de zorros (Vulpes vulpes) que nos entretuvieron con sus juegos, aunque desde muy lejos.


Perdiz en un mar de rastrojo
Ratonero común posado en una encina
Dos zorros se persiguen, y aunque con poca calidad de imagen, en el vídeo de más abajo, se aprecian las carreras y juegos de tres individuos



El lunes salí a dar una vuelta con un amigo del pueblo y dos miembros del Grupo Tagonius, asociación que en el ámbito de la comarca de la “Alcarria madrileña” tiene por objetivos la conservación de los patrimonios natural, etnográfico e histórico. Supongo que en breve empezará a cobrar más importancia en mis devaneos camperos. Incluso a la vez que una animada charla sobre las amenazas y oportunidades del medio que nos rodea, pudimos disfrutar del avistamiento de hasta cuatro corzos (Capreolus capreolus) al atardecer.


Corzo alertado por nuestra presencia
Otro día salimos Lucía y yo hacia Pezuela, y molestamos durante un rato a una abubilla (Upupa epops) que se levantaba del camino que llevábamos para volverse a posar unos metros más adelante, así que volvíamos a la situación inicial.


Las abubillas buscan insectos en los caminos y linderos
El día después, por el camino a Pioz no hubo suerte con los bichos, pero siempre es un gusto disfrutar de los atardeceres veraniegos, pues los juegos de luces y la caída de las temperaturas allí donde no hay asfalto ni hormigón, estimulan los sentidos.


Puesta de sol entre nubes
Y ya el domingo, sí que saqué tiempo para madrugar, y acompañado de un amigo alcalaíno, que ya siente este pueblo como suyo, dimos un buen paseo por Santorcaz y Anchuelo. El día estuvo tranquilo y la charla amenizó la caminata. 

De nuevo, disfrutamos con un zorro que nos debió estar observando durante un buen rato, hasta que nos dimos cuenta de que estábamos siendo “acechados”. Es un alivio que las leyes de la naturaleza se impongan, y que ni lazos, venenos ni furtivos consigan hacer menguar a tan adaptable, prolífico, astuto y bello animal. Si hay basureros, atropellos, naves y edificaciones por el campo llenas de ratones y ratas, va a haber zorros. Es así.

Zorro vigilando a los humanos
Siguiendo con el paseo, disfrutamos de algún pajarillo más, y aunque más de una vez tuvimos que guardar la cámara cuando ya teníamos casi enfocado al animal, algunos sí que aguantaron hasta poder apretar el “gatillo”, que es nuestro botón de disparo.

Hembra de pinzón (Fringilla coelebs) en un olmo seco
Macho de tarabilla común (Saxicola torquata) en un álamo seco
Ya en las puertas de Santorcaz, en el antiguo lavadero, mi compañero descubrió una culebra acuática viperina (Natrix maura), e intrigados, buscamos a ver de qué se podía alimentar. Descubrimos algunos renacuajos de gran tamaño, que por estar en un pilón y por lo avanzado del verano, me hacen sospechar que puedan tratarse de sapos parteros (Alytes obstetricans). Se trata de una especie cada vez más escasa y digna de nuestra protección y cuidado. Labores de “limpieza” de pilones mal llevadas a cabo pueden provocar el desastre reproductor para la especie, así que la solución es fácil, hay que evitar limpiezas en la temporada de cría. No obstante, como casi siempre, había algún carpín (Carassius auratus), que acabará con todo bicho viviente que intente reproducirse en el agua. Esta especie de Asia oriental, sin duda eliminará a ranas, sapos, libélulas, caballitos del diablo y otros animalillos que deberían alegrar las fuentes. El lugar de estos peces debería estar restringido a Asia oriental, acuarios y estanques de jardín.

Culebra acuática viperina, una de las culebras más tímidas e inofensivas
Posible renacuajo de sapo partero
No quiero acabar, sin dejar una pequeña reseña en recuerdo de quien más horas ha compartido conmigo en el campo, y si cabe, con aún más entusiasmo que yo mismo. Hace dos semanas que ya no pudo más. Alegre y fiel, delante o detrás de mí, pero siempre con ganas de patear monte aun cuando la edad y el calor querían vencerte... te echaré de menos Yerry.




domingo, 5 de abril de 2015

UN PASEO POR VALDEMANCO: BUITRES, CULEBRAS DE AGUA Y NARCISOS

La Pedriza de Manzanares se lleva la fama y los visitantes, pero paisajes muy similares se pueden disfrutar en Valdemanco con mucha más tranquilidad. No obstante, la ruta que nosotros hicimos, y que las autoridades han bautizado como "Ruta del Granito", he de reconocer que no está señalizada como anuncian y además, se encuentra con zonas de paso complicado. 

Bajo un sol de justicia, pocos bichos vimos hasta llegar a una laguna que se encontraba en pleno esplendor.

Laguna del Carrizal en Valdemanco
En el agua cantaban las ranas, había puestas de sapo, y las culebras de agua se ponían las botas comiendo renacuajos.

Puesta de sapo con su típica forma en cordones
Culebra acuática viperina (Natrix maura)
No sólo en el agua vimos culebras de agua, sino que entre las rocas, también se ocultaban. La de la foto, aprovechó para esconderse, el hueco en una cantera abandonada. 


Las culebras acuáticas, también aprovechan las grietas creadas por las labores mineras
Probablemente se acerquen a grietas a buscar alimento, ya que allí también se ocultan lagartijas.

Lagartija colilarga macho (Psammodromus algirus) como demuestran los ocelos azules tras las patas delanteras, la garganta anaranjada y las partes ventrales amarillas
Aunque vimos muchos buitres (Gyps fulvus) durante todo el día, en un momento dado, voló a baja altura sobre nosotros un pequeño grupo.

Grupo de buitres leonados cicleando
Buitre leonado, al que le falta una pluma una pluma primaria
En casa, observando las fotografías, detecté que un ejemplar parecía que llevaba enredado algún tipo de alambre en el cuello. Espero que se desprenda de él pronto.

En detalle se observa que lleva algo enganchado al pico o cuello
Por último, no quiero dejar de mostrar unas fotos de unos narcisos, una de las primeras flores de la primavera, que ya adornan las zonas serranas.

Narcissus rupicola o narciso de roca
Narcissus triandrus pallidulus o narciso pálido

lunes, 4 de agosto de 2014

CORZOS Y CULEBRAS

Este fin de semana, varios planes hicieron que tan sólo el domingo pudiéramos salir al campo, menos mal que no hizo demasiado calor, porque no madrugamos. En fin, para movernos un poco, más que con la intención de ver algo, nos lazamos al paseo y cuando alguna nube tapaba el sol no se estaba del todo mal.

Cúmulos sombreando las rastrojeras
Lo primero que vimos fue una pequeña culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) atropellada junto a la piscina. Cuando son pequeñas aún no conocen todos los peligros de la cercanía al ser humano.

Pequeña culebra bastarda atropellada
Como esperábamos los bichos emplumados no se mostraron mucho y sólo pude fotografiar a un cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) posado en un poste de alta tensión.

Cernícalo vulgar
La sorpresa llegó después, cuando a plena luz del día descubrimos una familia de corzos (Capreolus capreolus): una madre y sus dos crías ya creciditas. A pesar de vernos los unos a los otros, ellos siguieron ramoneando relativamente tranquilos por la distancia que nos separaban. Como siempre, un placer fotografiar y grabar a estos gráciles y elegantes mamíferos.

La madre nos observa
Ya a la sombra uno de los jóvenes ramonea un espantalobos

Llegando ya a casa pasamos por el Lavadero, donde continúan las truchas arcoiris y carpines, que esta vez tenían una compañera más inquietante: una culebra acuática viperina (Natrix maura). Se trata de una inofensiva culebra que no supone ninguna amenaza a los peces, ya que éstos son de mucha mayor envergadura, aunque se les notaba cierto nerviosismo. La culebra, al verse descubierta, salió del fondo hacia una de las paredes en las que había algas y ocultándose entre ellas, sólo asomó la cabeza a tomar alguna bocanada de aire. Aunque el dibujo dorsal pueda parecerse al de una víbora, la cabeza alargada y pupila redonda, aclaran la situación, pues en las víboras la cabeza es triangular y la pupila vertical.

Truchas arcoiris (Onchorynchus mykiss)
Culebra acuática viperina buceando
Apoyada en un borde tomando aire
Detalle de la cabeza