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domingo, 31 de octubre de 2021

TRÍO DE RATONEROS, MILANOS REALES, VERDERÓN, TARABILLA Y ESTORNINOS

La semana pasada estuvimos por Santorcaz y cuando el sol lucía hizo muy bien tiempo, así que aprovechamos para darnos nuestros paseos habituales.

El sábado nos estuvieron entreteniendo un trío de ratoneros (Buteo buteo) que anduvieron dando vueltas sobre nosotros un buen rato.

En algún momento los tres ratoneros volaron muy próximos

Estos dos los pude ver muy juntos

Los plumajes son muy variables en los ratoneros,
pero la banda oscura en la parte final de la cola es típica de los adultos

Éste también parece un adulto

Éste en cambio parece más joven

Con el sol ya bajo, su cuerpo no parece tan oscuro como en las fotos anteriores

Con el sol ya bajo el horizonte, este decidió pasar la noche en un poste eléctrico

Antes del anochecer también vimos a este bonito verderón (Chloris chloris)  comiendo semillas de cardo

El domingo dimos otro paseo más corto, y en vez de ratoneros, vimos pasar varios milanos reales (Milvus milvus) que pasarán el invierno por estas tierras. 


Antes de entrar en el camino vimos a esta pequeña culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) atropellada

Los milanos lucen uno de los plumajes más llamativos de las rapaces

Su cola es rojiza y ahorquillada

Sobre un cardo, una tarabilla común (Saxicola torquata)

En el pueblo están muy cantarines por estas fechas los estorninos negros (Sturnus unicolor)

lunes, 10 de abril de 2017

ZORRO Y DIFERENCIAS SEXUALES EN AGUILUCHOS LAGUNEROS

No se puede dejar pasar este "buen tiempo" que hace y como hacemos últimamente, lo disfrutamos juntos, excepto el domingo que madrugo yo un poco más. 
Si la semana pasada tres tejones fueron protagonistas, ésta empezó con un zorro (Vulpes vulpes), que tras husmear por un lindero en busca de ratones o topillos, salió corriendo a través de un sembrado. Aunque en las fotos no se aprecia, estaba en muy malas condiciones, probablemente tendría sarna.

Atento a los ruidos y olores, cada poco tiempo el zorro hundía el hocico en el lindero
Al final, puede que capturase algo pues salió corriendo tan contento
La mañana pasaba tranquila, y aunque pocos, algunos pajarillos y conejos (Oryctolagus cunniculus) se ponían a tiro.

Alcaudón real meridional (Lanius meridionalis)
Cogujada montesina (Galerida theklae)
Curruca carrasqueña macho (Sylvia cantillans)
Dos conejos al sol, al borde de un arroyo
Los que me entretuvieron un buen rato, fueron una pareja de aguiluchos laguneros (Circus aeroginosus). Primero salió el macho y después la hembra, lo que permite ver algunas de sus diferencias en esta serie de fotos.

Partes superiores tricolor del macho
De perfil también se aprecia su cabeza más clara
Y por debajo, las alas son claras con los extremos oscuros.
La hembra es mucho más oscura en general salvo la cabeza y el arranque de las alas
En vuelo ascendente
Curiosamente cuando se ve alguna rapaz, suele verse otra, me da que entre ellas se vigilan y al mostrarse una, las otras salen a marcar el territorio.

Ratonero común (Buteo buteo), un individuo bastante claro
Al final llegué a casa con un buen botín, pero después salimos todos a dar una vuelta al lavadero, allí mi pequeña vio su primera culebra y no la tuvo ningún miedo.

Juvenil de culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) con su típica ceja muy marcada
También bajaron a beber al lavadero bastantes pájaros como esta pardilla (Linaria cannabina)
Acabo con una triste foto que muestra cómo se echa pesticida alrededor de una fuente en la que aún mucha gente bebe, juegan los niños y con la que se riegan muchos huertos. ¿De verdad es necesario?

Suelo quemado por el uso de herbicidas, justo encima de un manantial

domingo, 28 de agosto de 2016

GAVILÁN, FRINGÍLIDOS Y GATO MONTÉS FUGAZ

Una nueva escapada por los cerros de Santorcaz este domingo, apurando las horas en que la mayoría aún duerme. En esas horas tan tempranas, es posible encontrar animales "fuera de sitio". Es lo que me pasó con un gavilán (Accipiter nisus), una pequeña rapaz muy forestal que no se deja ver fácilmente, pero que me observaba desde un lugar muy expuesto y prominente: la atalaya árabe con sus grandes vistas.

Gavilán sobre la atalaya árabe
Muy tímidos los gavilanes, éste en seguida levantó el vuelo
Pronto llegó el calor, y como también era día de caza, la verdad es que no hubo mucho movimiento. En una de las pocas fuentes en las que no había cazadores apostados, estuve un rato escondido y sólo unos humildes fringílidos se atrevieron a mostrarse.

Joven jilguero (Carduelis carduelis)
Pardillo común (Carduelis cannabina)
Verderón común (Carduelis chloris)

De vuelta, vi una sombra fugaz cruzar la carretera a toda velocidad, y mi cerebro lo identificó como un gato montés (Felis sylvestris). Parece que este año están desatados los monteses. Al pasar por el lugar donde cruzó, allí estaban sus huellas en la cuneta pues debe ser que le sorprendí bebiendo y estaba manchado de barro.

Rastro del gato montés, mostrando el galope
Detalle de una de las impresiones de barro
Para terminar, casi a las puertas de casa descubrí una enorme camisa de, probablemente, una culebra bastarda (Malpolon monspessulanus).

Seguramente, la culebra utilizó la alambrera para desprenderse de su vieja piel

lunes, 22 de junio de 2015

CORZOS Y ÁGUILAS CULEBRERAS

¡Cuánto hacía que no disfrutaba un día de campo en Santorcaz, a solas, con un buen madrugón, y sin tener que coger coche! Sólo tenía que volver relativamente pronto para ayudar a tener todo preparado en casa, pero como sabía que iba a hacer calor, contaba con estar de vuelta pronto.
La primera de las fotografías que hice, no me hizo pensar en que parte de lo que vendría después estaría muy relacionado.

Camisa de culebra bastarda (Malpolon monspessulanus)

Sabiendo que aún era una hora "hábil" para los mamíferos, me encaramé a uno de los cerros del pueblo. Pronto se cumplieron mis pronósticos y pude fotografiar a dos corzos (Capreolus capreolus) a gran distancia, separados entre ellos y yo unos 400 m. Mirando con cuidado me di cuenta de que uno de los corzos era corza, y tenía a su corcino oculto en la cebada.

Uno de los corzos, al sol...
... y el otro a la sombra, y entre la cebada se aprecian las orejas de la cría
También al moverme en mi atalaya me di cuenta de que un águila culebrera (Circaetus gallicus) había elegido el mismo lugar elevado, pero yo sólo me di cuenta de su presencia cuando salió huyendo y se posó al otro lado del valle.

Parte superior del águila culebrera
Culebrera vista desde el otro lado del valle
Volviendo la atención a los corzos, como entre la madre con su cría y yo, había varios matorrales y olivos, y además, había un viento lateral que ocultaría mi olor y el ruido de mis pisadas, me acerqué hasta unos 100 metros sin ser visto, con lo que pude disfrutar de los lametones, carantoñas y mamoneos que se traían madre e hijo.

Carantoñas de la corza a su cría
El corcino mamando

Formando parte de un olivo, nadie me veía, y algún pájaro se me puso a tiro, mientras disfrutaba de la familia de corzos.

Abejaruco (Merops apiaster)
Curruca mirlona (Sylvia hortensis) cantando
Contento, me alejé por donde había venido, y crecido con mi capacidad de confundirme con el paisaje, me acordé de la culebrera. Viendo que continuaba posada a casi un kilómetro y sabiendo de un bosquete próximo que me ocultaría, me acerqué a ella y de nuevo la fotografié, esta vez más cerca.

Águila culebrera, con su espectacular ojo amarillo
Ya me iba a ir cuando levantó el vuelo y tras coger algo de altura se acercó hacia donde me ocultaba, así que la pude fotografiar planeando, dándome cuenta de que estaba mudando varias rectrices de su cola.

Ciñendo el viento para girar y coger altura
Sobre mi vertical, se aprecia perfectamente el diseño de su plumaje 
y las rectrices externas creciendo
Abandoné el bosquete buscando nuevos bichos, pero al mirar arriba de nuevo ¡águila culebrera! Aunque esta vez no era una, sino una pareja y además una hembra de aguilucho lagunero que sintió amenazado su territorio, por lo que decidió acosar a las águilas hasta que se alejaron.

A la izquierda una de las águilas culebreras, a la derecha, 
más pequeña y oscura, la hembra de aguilucho lagunero
La pareja de águilas culebreras, ambas muy blancas
La lagunera, color chocolate con dorado en los hombros y cabeza
Ya me sentía un elemento más de la naturaleza, pero aunque me salieron un par de azores y un búho real, éstos no fallaron, y me vieron mucho antes que yo a ellos, así que no puede fotografiarlos. Sólo unos perdigones (Alectoris rufa), sin duda aún inexpertos, me salieron casi entre los pies al andar por un camino.

Perdigón a todo correr por un camino
Sentado a la sombra, pues ya hacía calor, se me presentó una cogujada montesina (Galerida theklae) que con algún saltamontes en el pico no se decidía a entrar a su nido, no fuese que lo descubriese.

Cogujada montesina con su ceba en el pico
Sabiendo que molestaba me volví para casa, aunque antes de llegar me entretuve con varias golondrinas (Hirundo rustica) y aviones (Delichon urbicum) que cogían barro para hacer sus nidos en el lavadero municipal.

Golondrina común a la izquierda y avión común a la derecha
Tras currar bastante en casa, al atardecer salí a dar una vuelta con mi mujer por el camino de Corpa. Con el contraluz del atardecer, algunas mariposas tenían un encanto especial al estar retroiluminadas.

Colias crocea alimentándose de unas flores de alfalfa
Como el día iba de culebras y culebreras, encontramos en una cuneta una enorme culebra bastarda recién atropellada. Como siempre una pérdida inútil que bien habría hecho las delicias de las culebreras de la mañana. Algún zorro se la comería por la noche…

Enorme culebra bastarda atropellada
El sol siguió bajando y en algunos momentos lanzaba curiosos destellos en las espigas de las gramíneas silvestres.

Atardecer en el camino de Corpa, al fondo, las antenas de Anchuelo
Ya sin sol, llegaba el turno de los noctámbulos y antes de llegar a Santorcaz, con el sonido de fondo de algún alcaraván, había que entretenerse en buscar en los majanos la silueta de algún mochuelo (Athene noctua). Afortunadamente uno se recortaba sobre el oeste donde se puso el sol.
Mochuelo apostado en un majano