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martes, 30 de abril de 2019

DOÑANA CON NIÑOS: LA ROCINA, EL ACEBUCHE Y EL ROCÍO

Esta Semana Santa hemos estado por Sevilla y teníamos tres novedades desde la última vez: un bebé de meses, una niña de 3 años y medio y una cámara nueva. Como el campo a los niños les sienta muy bien y había que estrenar la cámara, qué mejor lugar que Doñana en primavera. Y es que es difícil fallar allí, incluso cambiando pañales en observatorios de aves o intentando que no te tiemble mucho el pulso mientras con una mano aguantas a una pequeña que mira con sus prismáticos. La verdad es que la nueva cámara ayuda: 80 aumentos ópticos son muchos aumentos. 
No me enrollo más y empiezo con lo que vimos en alguno de los observatorios del Arroyo de la Rocina.

Empecé con una de las joyas de Doñana: una espátula (Platalea leucorodia)

De frente, enseña su curioso pico
Otra estrella de las marismas, un calamón (Porphyrio porphyrio) se estira a la orilla del arroyo
Ésta es la esencia de Doñana: diversidad a raudales, en pocos metros, ánades reales,
porrones comunes, patos colorados, espátulas, calamones, moritos...


En vuelo muestran su elegancia
En un momento dado un individuo joven se puso muy cerca de nosotros
Una gallineta (Gallinula chloropus) quiso salir en la foto junto a la joven espátula
Otra de las especialidades de Doñana: un morito (Plegadis falcinellus)
Otro morito descansando
A lo lejos un garceta (Egretta garzetta) se arrascaba el cuello
De entre los juncos salió una elegante garza imperial (Ardea purpurea)
Con su largo cuello llega a arrascarse a cualquier lado

Otra garza llegó volando, esta vez una real (Ardea cinerea)
Desde otro lugar también pudimos ver una garza, esta vez de cuerpo entero
En aguas más abiertas un grupo de porrones comunes (Aythya ferina)
Entre los juncos chillaba un pequeño zampullín chico (Tachybaptus ruficollis)
Por estar muy vistos, casi no hago caso a los pobres ánades reales (Anas platyrhinchos)
Tres anátidas en una foto, un ganso (Anser anser) y 
porrón común nadando y un ánade real en la orilla
Después de la Rocina comimos en El Acebuche y también nos acercamos a un observatorio. 

Merodeando por el pinar donde comimos había muchos los rabilargos (Cyanopica cyanus)
Inteligentes como sus primas las urracas, sus alas son destellos de color azul
En el pinar donde comimos, los agateadores comunes (Certhia brachydactila),
subían y bajaban por los troncos
De camino a los observatorios, al sol una hembra de tarabilla (Saxicola torquata)
El macho se me puso a tiro justo en frente del primer observatorio
Sus idas y venidas eran con insectos en el pico
El observatorio no dio para mucho, nada nuevo respecto a La Rocina excepto un galápago
En los postes, las salamanquesas (Tarentola mauritanica) tomaban el sol. Como 
era de día adoptaban colores oscuros para calentarse al sol, porque el aire era fresco
También a pleno sol un alcaudón común (Lanius senator) oteaba en busca de insectos
Al final, tras mojarnos los pies en Matalascañas, nos fuimos a las marismas de El Rocío, donde acabamos una intensa jornada de campo con niños. La luz no acompañó, porque se nubló bastante, pero aún así algo vimos. Volveremos.

Junto al paseo marismeño, una espátula removía el fango en busca de invertebrados
De vez en cuando se aseaba. Buscaré el origen de esa anilla que lleva en la pata
En El Rocío las estrellas suelen ser los flamencos (Phoenicopterus roseus)
Los juveniles son menos llamativos
En el agua y las orillas había muchas fochas (Fulica atra)
Patrullando por todos lados los recién llegados milanos negros (Milvus migrans)

domingo, 19 de agosto de 2018

AVES DE LAS SALINAS DE SAN PEDRO DEL PINATAR

Hemos pasado unos días de playa en La Manga, porque este año no estamos para grandes caminatas y montañas. Aún así no todo ha sido haraganear en la playa y la piscina, también hemos hecho alguna pequeña excursión. Una tarde nos acercamos a Lo Pagán, con la intención de bañarnos en lodo, pero nos entretuvimos, y sólo nos dio tiempo a pasear por las salinas, y claro allí había un montón de pájaros de los que no estoy acostumbrado a ver, ni a identificar. Éstos son:

Las más admiradas entre las aves de las salinas son los flamencos (Phoenicopterus ruber)
  
En las aguas someras encuentran los invertebrados que les alimentan y les colorean

Lo mismo hacen las avocetas (Recurvirostra avosetta) aunque su pico se dobla hacia
arriba en lugar de hacia abajo como en los flamencos

Tras esta avoceta un chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) se alimenta en la orilla y un correlimos común (Calidris alpina) los sobrevuela 

También había bastantes cigüeñuelas (Himantopus h.) con sus andares tan elegantes

Ésta parecía más joven, con sus colores más apagados

Aquí estaban ya anocheciendo

Este combatiente (Philomachus pugnax) se dejó acercar bastante

Aquí descansaban un charrancito (Sterna albifrons) abajo, 
un archibebe común (Tringa totanus), arriba, y un correlimos común a la derecha

Aquí el charrancito estiró las alas

Y aquí se ven más cerca al correlimos y al charrancito

En la orilla, un correlimos y un archibebe se alimentan juntos.

Este chorlitejo patinegro descansaba en la orilla

En una de las balsas vi lo que creo que es una gaviota picofina (Larus genei), una de las más escasas

Tomando los últimos rayos del sol, un vuelvepiedras (Arenaria interpres)

Nadando había unos cuantos zampullines cuellinegro (Podices nigricollis)

Este es un correlimos común...

Y éste un correlimos tridáctilo (Calidris alba)
  
Cuando volvíamos del paseo un charrancito nos deleitó con su vuelo cernido

Su primo mayor, el charrán común (Sterna hirundo) había pescado un pez para la cena

La última que fotografié fue esta garceta (Egretta garzetta)

Visitar estas salinas es bastante sencillo, 
hay zonas peatonales que las atraviesan y separan del tráfico rodado

Al fondo los almacenes e instalaciones de la salinera