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jueves, 16 de julio de 2015

FLYSCH DE ZUMAIA

Estamos recién llegados a este infierno, que es casi cualquier lugar de la Cordillera Cantábrica para abajo, y echamos de menos la primera parte de nuestras vacaciones, donde no pasamos de 25ºC. También echamos de menos la otra parte, en Pirineos, pero esa la contaré otro día. El lugar en el que estuvimos en primer lugar fue Zumaia y alrededores, en la costa guipuzcoana.

Además de los encantos históricos, artísticos, gastronómicos y todos los icos que queramos añadir, el principal valor que me llamó la atención al pensar en el destino, fue su increíble patrimonio geológico. Últimamente ha tomado fama y una palabra es la que lo da fama a nivel internacional: flysch. Y, ¿qué es un flysch? Pues esto:

Estratos inicialmente horizontales que por empuje se han colocado en forma casi vertical 
Desde una salida en barco se aprecia la sucesión de estratos casi verticales y en perpendicular a la línea de costa
Detalle de estratos verticales y colocados en paralelo a la costa
Entre Zumaia y Mutriku, se disponen perfectamente ordenadas páginas que abarcan 60 millones de años. Esas hojas incluyen episodios tan interesantes como la extinción de los dinosaurios, cambios climáticos e intercambio en el magnetismo de La Tierra.

Exactamente en esta zona del acantilado hay un estrato donde se depositaron cenizas con alto contenido en iridio, proveniente del meteorito que cayó en Yucatán y produjo el cataclismo que extinguió gran parte de la vida, incluidos los dinosaurios
Estas páginas, se pueden fechar, entre otras cosas por las firmas que dejaron los distintos habitantes en cada una de las épocas.

Bioturbación fosilizada en la roca, es decir rastros,
dejados por gusanos y otros invertebrados en un antiguo lecho marino
En este caso se intuyen rastros dejados por algún animal con patas
La abrasión que produce el oleaje y las mareas consiguen crear unos paisajes espectaculares que se denominan rasa mareal y se pueden disfrutar en la bajamar.

Rasa mareal desde los acantilados de Sakoneta
Marea baja en Sakoneta
Y entre tanta oquedad, no pueden faltar innumerables habitantes adaptados a rocas que se mueven, oleaje, insolación, niños con red, etc.


Cangrejo peludo Eriphia verrucosa
Algún tipo de gobio o blenio
Un tipo de blenio
Cangrejo corredor Pachygrapsus marmoratus
Dentro de la concha de una caracola del género Gibbula se encuentra un cangrejo ermitaño, y subida a la misma, un camarón Palaemon elegans prácticamente transparente
Bellotas de mar y restos de las marcas dejadas por lapas
Y lo mejor de todo es que a algunos de estos sitios se puede llegar siguiendo el curso de arroyos rodeados de alisos, robles y encinas, acompañados de mariposas, libélulas y otros bichos. 


Caballito del diablo tomando el sol, si tuviese las alas extendidas, 
sería una libélula
Mariposa Gonepteryx
A modo testimonial también pude fotografiar algún ave.

Gaviota argéntea (Larus argentatus) en Getaria
Ratonero (Buteo buteo) cerniéndose en la cresta de un acantilado,
 aprovechando la brisa que llegaba del mar
Y aquí acaba el reportaje, sobre Zumaia y alrededores, un lugar muy interesante y muy fresquito en esta ola de calor. En unos días, la segunda parte de las vacaciones...

Anochecer en la Ermita de San Lorenzo, Zumaia. Un lugar de película (8 apellidos vascos, p. ej.)

lunes, 8 de septiembre de 2014

CAMINO DE SANTIAGO

Quince años después, he vuelto a realizar el Camino de Santiago, esta vez el portugués y acompañado de mi mujer. Tras meditarlo, no pude evitar llevar la cámara "grande" encima, a pesar de que cualquier peso extra es molesto. Como se comprenderá, fotografiar fauna no era el objetivo de tanto esfuerzo, pero alguna vez no pude evitar inmortalizar algo de lo que ahora vengo a mostrar.

Aún no había amanecido cuando ya habíamos cruzado el Miño para entrar brevemente en Portugal, y después, con los primeros rayos de Sol, los gorriones se calentaban en Tui, ya en Galicia.

Dos gorriones macho (Passer domesticus) se desperezan al sol
Aunque los primeros días superamos los 30º C, las noches gallegas son frescas y los pobres reptiles buscando el calor del asfalto por la mañana, sufrían nefastas consecuencias.

Culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) tirada en una cuneta
Detalle de la culebra, una vez sacada al asfalto para comprobar
la característica "ceja" prominente de las culebras bastardas
Eslizón tridáctilo (Chalcides striatus)
Tras una maratón de 43 km acabamos mojándonos los pies en la playa de Cesantes, encontrando allí un ave amante de aguas someras, pero descansando en una barca.

Andarríos chico (Actitis hypoleucos)
Atravesando prados y manchas de arbolado eran varios los pájaros que nos acompañaron al día siguiente y que posaron tranquilamente:

Tarabilla común (Saxicola torquata)
Corneja negra graznando (Corvus corone)
Antes de llegar a Pontevedra el segundo día y bajo un sol de justicia, decidimos burlar el camino oficial y dar un rodeo por una variante, a la sombra de la vegetación de ribera del río Tomeza. Bajo alisos y álamos, algunos caballitos del diablo buscaban zonas soleadas para mostrar sus colores y acotar su trozo de orilla del río

Agrion virgo?
Tras el calor y palizón de los primeros días, hicimos un alto en el camino en Pontevedra para acercarnos a la Isla de Ons, que forma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas. Acantilados y pequeñas playas de arena blanca sirven de zona de alimentación y paso a algunas aves marinas, así como a curiosos artrópodos.

Vuelvepiedras (Arenaria interpres) con su plumaje ya de invernada
Chorlitejo grande (Charadrius hiaticula)
Una enorme araña en su tela
Gran libélula cernícalo del género Cordulegaster
Papilio machaon
Dos de las abundantes gaviotas patiamarillas adultas (Larus michahellis)
En esta foto una joven patiamarilla
Gaviota argéntea (Larus argentatus)

El tercer día de andadura, tras la caminata, nos relajamos en las aguas termales de Caldas de Reis. Allí muchas avecillas mojan sus patas en el Río Umia.

Río Umia
Lavandera cascadeña joven (Motacilla cinerea)
En las orillas del Sar, como el título de una de las obras cumbres de Rosalía de Castro, varias garzas buscaban su sustento.  

Garza real (Ardea cinerea)
Y aquí acaba la parte naturalística de nuestro viaje que es de lo que trata este blog, el resto de aspectos de un viaje como este queda en nuestro recuerdo.