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miércoles, 4 de marzo de 2020

CAÑÓN DEL RÍO LOBOS: BUITRES Y HALCONES

Este fin de semana fue más largo de lo habitual porque no hubo cole ni el viernes ni el lunes, así que decidimos pasarlo fuera. El destino fue Ucero, en Soria, donde comienza el Cañón del Río Lobos y cerca de lugares como Calatañazor o El Burgo de Osma. El viernes anduvimos por el cañón, aprovechando que aun hacía buen tiempo y las previsiones no eran buenas para los días siguientes.

Sin duda, los buitres leonados (Gyps fulvus) son los reyes del cañón
En algunos salientes nos observaban los buitres

Cuando fotografiaba a este buitre se cruzó por delante un avión roquero (Ptyonoprogne rupestris), lástima que no estaba a su altura para quedar bien enfocado
En algunos puntos los buitres pueden ser observados por encima de ellos
Mucho más pequeño y veloz, pude ver un halcón peregrino (Falco peregrinus)
Enseguida toman altura y desaparecen
Desde el mirador de la Galiana se tiene una buena perspectiva del cañón
La Ermita de San Bartolomé en el interior del mismo
Después de comer se acercaron a por las sobras un grupito de rabilargos (Cyanopica cyanus)
No son fáciles de fotografiar estos bonitos e inquietos córvidos
Sobre la veleta de la iglesia de Ucero se juntaron
unos cuantos estorninos negro (Sturnus unicolor)
Los días siguientes trajeron de vuelta a lo más crudo del invierno y no dio para mucho más, en cuanto a aves se refiere. En todo caso, no nos quedamos parados y, entrando en calor en los centros de interpretación, en el coche o en casa, sacamos ganas par ver La Fuentona en Muriel, El Sabinar de Catalañazor, el propio Calatañazor, el acueducto de Ucero, Burgo de Osma y el yacimiento de Uxama.

De entre las calizas surge La Fuentona, el nacimiento del río Abión
Según desde donde uno mire, las aguas son cristalinas, turquesas u oscuras

sábado, 3 de agosto de 2019

ALGUNAS AVES DE LOS OSCOS, ASTURIAS

La semana anterior a la pasada estuvimos en el Norte como casi todos los veranos, esta vez en la zona de los Oscos, Asturias cerca de Galicia. Como siempre, los pequeños pueblos, los bosques, los prados y las playas sin edificaciones que las acorralen son una delicia. A veces es duro hacer un turismo medianamente activo con un bebé y una niña pequeña, pero creo que lo hemos disfrutado mucho y como siempre, he podido sacar algo para contar. Nos hemos alojado una pequeña casa en un pequeño núcleo rural: Santa Eufemia, donde sus dueños nos ha cuidado muy bien: http://www.hoteloscos.es/apartamentos-rurales-oscos.html

Empiezo esta vez por el final, y es que la última tarde de la semana que pasamos no nos movimos mucho y toda la familia se echó la siesta, menos yo. Me acerqué a una antigua mina de hierro cuando el viento empezó a soplar y cubrir el cielo de nubes. En esa ladera tapizada por brezos me encontré con el espectáculo de varias rapaces utilizando el viento para cernirse y detectar con cuidado sus presas.

La primera que vi, fue una lejana águila culebrera (Circaetus gallicus)
Con un fondo oscuro se aprecian algo sus colores claros inferiores
Después se acercó otra águila...
... que me sobrevoló...
... y se puso a cernirse justo a mi lado...
... mostrándome todos los ángulos y su manera de mantener inmóvil la cabeza.

En los siguientes vídeos puede observarse cómo manejan el viento estas grandes aves:







Luego se acercaron un par de cernícalos vulgares (Falco tinnunculus)
Éstos son unos maestros de ceñir el viento...

... sólo tienen que cambiar el ángulo de ataque de su alas
Cuando volvía a casa salieron dos perdices (Alectoris rufa) que intentaron despistarme, 
pero sus perdigones ni siquiera intentaron esconderse.
 Parece que se les había dado bien la crianza este año




Continúo con las aves que veíamos desde la terraza desde nuestra casita, que en la foto siguiente puede vislumbrarse justo en el centro, junto a los prados que se ven. El lugar era un remanso de paz entre bosques y montañas.


Añadir leyenda
Nuestros compañeros de casa eran una familia de colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros)
Subido al canalón nos controlábamos a corta distancia
En una excursión al Palacio de Mon una corneja (Corvus corone) estuvo muy tranquila
Después de arrascarse en el cable de enfrente...
una hembra de escribano soteño (Emberiza cirlus) descansó un rato
Al día siguiente, este bonito macho quedó un poco lejos, 
pero aún así mostraba sus bonitos colores
En los cables también se posaban golondrinas (Hirundo rustica
y aviones comunes (Delichon urbicum)
Una tarde unos chillidos inconfundibles me hicieron salir de casa, 
una pareja de halcones peregrinos (Falco peregrinus) jugaban a perseguirse
Y era casi imposible hacerles una foto
Pero su silueta los hacía inconfundibles
Teníamos un pequeño arroyo cercano donde había una familia de 
lavanderas cascadeñas (Motacilla cinerea), ésta era un polluelo del año
Uno de los adultos, el macho, no estaba lejos
En las paredes y aceras no faltaban las lagartijas, aunque no nos hizo mucho calor
Había muchas Limenitis reducta cerca de los arroyos,
por desgracia colillas también había alguna
Ésta creo que es una Melitaea phoebe
El último día un pájaro que no se ve fácilmente, un pico menor (Dryobates minor)
La luz no ayudó a destacar sus colores
En la valla que nos separaba de nuestras vecinas, 
unas vacas un pinzón vulgar hembra (Fringilla coelebs)
Un familiar del pinzón, un verderón (Chloris chloris)
Y una mañana  después de desaryunar, estuvimos entretenidos viendo como un zorzal 
(Turdus philomelos) martilleaba a un caracol para devorarlo

También estuvimos en la costa, como no podía ser de otra manera, dadas las playas tan reconocidas que hay por allí: catedrales y penarronda no quedaron sin que las probásemos. Allí también saqué unos segundos para hacer alguna foto a las aves.


En los bancos de Tapia de Casariego una colirroja tizón llevaba alimento en el pico para su pollada
En los puertos casi nunca faltan las gaviotas patiamarillas (Larus michahellis)
Ésta es un individuo juvenil
Y éste un pollo del año que aún conserva plumón en la cabeza
Al salir de la playa de las catedrales nos encontramos un ratonero (Buteo buteo)
 en los prados que rodean las playas de Asturias

lunes, 1 de agosto de 2016

CUATRO CORZOS Y UNA MARIPOSA

El domingo salí un par de horas por Santorcaz y como siempre, lo de madrugar suele tener recompensa a la hora de ver mamíferos. Si la última vez vi una corza con su corcino, esta vez ha sido una familia completa: una pareja y dos crías.

A la izquierda los corcinos y a la derecha los adultos
En esta época, los corzos andan en celo y los machos persiguen a las hembras, aunque según la bibliografía, algunas parejas permanecen unidas más allá del celo. No sé en este caso qué es lo que sucedía, pero estaba claro que el macho olisqueaba a la hembra y la seguía muy de cerca.

A la izquierda el macho y a la derecha la hembra
El macho olisquea y persigue a la hembra
Los corcinos, iban a lo suyo y aunque los adultos se alejaron, se dedicaron a comer a la sombra sin mirar lo que los adultos podían estar haciendo.

Los jóvenes hermanos no siguieron la dirección de los adultos
A la sombra y junto a la vegetación fresca se estaba mejor
Como siempre, vi alguna cosa más, como un halcón peregrino, lo que me mosquea porque ya es la tercera vez este verano... En todo caso, nada se dejó fotografiar salvo una bella macaón (Papilio machaon).

Esta bella mariposa debió sufrir algún percance pues sus alas estaban dañadas