Mostrando entradas con la etiqueta mantis religiosa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta mantis religiosa. Mostrar todas las entradas

jueves, 19 de agosto de 2021

SALIDAS NOCTURNAS: CULEBRAS, CHOTACABRAS, CONEJOS E INSECTOS

De vuelta por Santorcaz, la ola de calor de la semana pasada nos mantuvo en casa o en la piscina todo el fin de semana... excepto por las noches. La del viernes, nos deparó la sorpresa de una culebra de escalera (Rhinechis scalaris) y algún insecto que nos entretuvo bastante.

Culebra de escalera, la especie más habitual y completamente inofensiva

Una amenazante mantis religiosa (Mantis religiosa) que también es inofensiva para los humanos

Las mantis pueden ser verdes o amarillentas y el color lo determina si en la última muda de su piel estuvo en un medio con hierba verde o seca

Luego nos encontramos una de sus presas favoritas, un ortóptero, ¿posiblemente Decticus albifrons?

La noche del sábado intentamos ver estrellas fugaces, las Perseidas, pero sólo los adultos pudimos aguantar la atención lo suficiente para ver una. De todos modos, por el camino, vimos algunas cosas que a los niños les llamaron la atención.

Un chotacabras pardo (Caprimulgus ruficollis), en medio de un camino como hacen habitualmente y que les supone muchos atropellos

Vimos algunos gazapos (Oryctolagus cunniculus) en los caminos deslumbrados por los focos del coche

domingo, 28 de septiembre de 2014

ÁGUILAS REALES, MANTIS RELIGIOSAS Y PLÁSTICOS

La mañana del sábado hicimos una visita relámpago a Santorcaz, y dimos un corto paseo por el campo. Ya pasado el mediodía no había mucho movimiento, y se notaba que ya estamos en otoño, el monte está tranquilo y silencioso, no quedan ya golondrinas y tampoco vimos a las avecillas que han protagonizado las entradas anteriores: papamoscas, mosquiteros, tarabillas norteñas, etc. 
Sin embargo, siempre conviene parar un rato a mirar y pronto fuimos recompensados con el avistamiento de tres águilas reales (Aquila chrysaetos). Las reinas de la avifauna ibérica siempre son dignas de aparecer en una foto, aunque estuviesen a gran altura. Fueron dos águilas adultas y un juvenil, lo que parece indicar que este año, la pareja que regenta esta zona ha conseguido sacar adelante a al menos un pollo .

Águilas reales adultas cerniéndose contra el viento
Tras mirar al cielo, miramos al suelo, y esta vez descubrimos una enorme hembra de mantis religiosa (Mantis religiosa). Este amenazador, aunque inofensivo insecto, es famoso por la costumbre de las hembras de comerse al macho mientras se produce la cópula. La verdad es que esta situación es posible, pero la mayor parte de las veces, el macho sale indemne. Algunos en Santorcaz, también la conocen con el nombre de cerbatana.

Mantis religiosa con sus pinzas plegadas, a modo de rezo,
lo que ha dado apellido a este insecto
Por último, una foto que denuncia cómo la basura que dejamos por ahí interfiere con la fauna. Los excrementos de jabalí de esta foto muestran que hoy por hoy, muchos animales encuentran su alimento en la basura humana. Luego algunos se extrañan de que jabalíes y zorros, se acerquen a zonas pobladas o sean cada vez más abundantes. Animales inteligentes y adaptables como ellos, siempre encontrarán algo que llevarse a la jeta, si no controlamos nuestras basuras. 

Excrementos de jabalí con restos de plásticos

lunes, 9 de septiembre de 2013

PAPAMOSCAS CERROJILLO, EL VIAJERO TRANQUILO

El final del verano y el principio del otoño es una época de trasiego para muchas aves. Unas vienen del norte para invernar aquí, otras se van aún más al sur, muchas realizan cortos desplazamientos a zonas de menor altitud, etc. También las estrategias de viaje varían, mientras unas especies se hacen cientos y miles de kilómetros con las paradas estrictamente necesarias, otras van descendiendo hacia el sur lentamente. Entre estos viajeros tranquilos, destaca el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), un pequeño pajarillo que cría en bosques de centro Europa y montañas ibéricas.

Pues bien, desde mediados de agosto hasta dentro de unas semanas es uno de los pájaros más abundantes por doquier, incluso en los parques urbanos. Aunque durante la época reproductora los machos lucen colores muy contrastados, blancos y negros, ciertamente ahora son más parduzcos. Aun así, hay varias características que permiten una fácil identificación. En primer lugar, son bastante confiados, y si se asustan, se posan a varios metros de distancia, y en segundo lugar, tienen un tic característico: levantan compulsivamente un ala cuando están posados. De hecho tienen las alas como colgantes y parece como si de vez en cuando las quisiesen levantar.

Este fin de semana en Santorcaz, están por doquier, incluso en la zona de cultivos donde apenas queda vegetación natural. Hemos podido ver otros migradores como collalbas grises y tarabillas norteñas, pero la valentía y confianza de los papamoscas han sido las que me han permitido fotografiarlos.


Papamoscas cerrojillo sobre un cardo

El mismo ejemplar visto desde atrás

Otro ejemplar de papamoscas cerrojillo

En uno de los paseos, ya en Pezuela de Las Torres, atravesamos un antiguo campo de cultivo de espliegos o cantuesos. Es difícil describir en un blog la sensación del aroma que desprende una zona así al andar entre ellos.


En sus inmediaciones, había multitud de insectos, y aunque ya hubiesen perdido casi toda la flor, otras plantas que aún las mantenían, ofrecían su néctar a algunas mariposas.

Hyponephele lupina o lobito anillado con las alas muy deterioradas

Lysandra bellargus macho o niña celeste
Y claro, donde se concentran las presas, ahí aparecen los depredadores, como esta amenazadora mantis religiosa que tenía sus pinzas listas para atrapar algún insecto.

Mantis religiosa hembra o santateresa